Abril de 2008
Estimados compañeros rotarios:
Rotary tiene el privilegio único de ser una organización bien constituida, neutral en el plano político y religioso, y sin obligaciones o compromisos gubernamentales. Se nos conoce y respeta como un grupo de personas que, simplemente, se acerca a prestar ayuda: suministrando alimentos y acceso al agua potable, enseñando a leer y escribir, brindando ayuda en casos de desastre, y luchando para erradicar la polio.
Donde aparece una necesidad, una crisis o una emergencia, Rotary se hace presente. Como rotarios, sabemos que una de nuestras funciones en toda crisis es unir a la gente, en vez de separarla. Es una de nuestras funciones y, además, una de nuestras responsabilidades.
Hoy en día, enfrentamos mundialmente una nueva crisis: los cambios climáticos y del medio ambiente. Es una situación alarmante que afectará a todos, pero que perjudicará mucho más al pobre y desvalido que al rico y bien resguardado. Ya no hay más tiempo de cuestionarnos y considerar la situación con esperanzas, pues resulta cada día más claro que vivimos un proceso que puede demorarse, pero que es incontenible.
El verano boreal pasado, la capa de hielo polar ártica se derritió a una velocidad que superó las expectativas más pesimistas. El ritmo de fusión y calentamiento se está acelerando, lo que presagia un ciclo de aumento siempre creciente, y no podemos tratar de convencernos de que no nos afectará. Ya lo está haciendo: en el oeste de Norteamérica, el agua comienza a escasear, debido a que cada invierno cae cada vez menos nieve para reponer lagos y cursos de agua. Desde la ventana de mi oficina en Evanston veo el lago Michigan, cuyo nivel de agua, al igual que el de los demás Grandes Lagos, ya está casi en su más bajo nivel histórico. A la vez, mientras disminuye el suministro de agua potable, sube el nivel de los mares, poniendo a los países situados a bajo nivel, muchos de ellos de bajos recursos y en desarrollo, en un riesgo cada vez mayor.
Sabemos que, en los años y décadas por venir, enfrentaremos crisis y desafíos. ¿Dejaremos que éstos nos desunan, o los usaremos para lograr la unión de todos? ¿Estaremos fragmentados, o actuaremos mancomunados para abordar las necesidades globales del ser humano? ¿Elegiremos satisfacer los deseos del rico en vez de subsanar las necesidades del pobre, o decidiremos hacer lo mejor para cada habitante del planeta?
Wilfrid J. (Wilf) Wilkinson
Presidente, Rotary International
jueves, 10 de abril de 2008
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