jueves, 22 de octubre de 2009

Carlos Canseco: "Una Vida que Cambio Vidas"

Por: EGD Julio Silva-Santisteban O

El 17 de Marzo de 1921, en ciudad de México, doña Esperanza González Fernández asistida por el Dr. Rosendo Amor, le daba a su esposo don Carlos Canseco González, la alegría del nacimiento de su primogénito, a quien registrarían en la ciudad de Tampico con el nombre de Carlos Patricio.

Cinco años después el Kindergarten de la Escuela del Sagrado Corazón, ubicada en la antigua Plaza Méndez recibía a este niño, para aprestarlo hacia la primaria la que cursaría en el Instituto de Froebel, en la Calle de Palmas y del que pasó tras cumplir los doce años a la Preparatoria de Tampico.

Corría entonces el año 1936 y Carlos ya mostraba un carácter extrovertido y afloraban en él innatas condiciones de líder, que irían formando su personalidad; tenía quince años y fue cuando tomó la decisión de seguir los pasos de su padre y ser médico. Ese mismo año conoció a una linda jovencita, hija del Licenciado Viviano Villarreal, llamada Aurora, quien sería su compañera de toda la vida.

Al término de la preparatoria en 1939 y con el beneplácito de su padre, marchó a ciudad de México, donde lo esperaba en la vieja casona de la Inquisición la Escuela de Medicina y la casa de la tía Gloria, donde viviría sus años de estudiante universitario.

En 1944 y tras realizar su Servicio Social en el Pueblo de Altamira, cercano a Tampico. Carlos Canseco se graduaba de médico y meses después a inicios del año 1945 se instalaba en una casa de huéspedes de la Calle 64 en Chicago, iniciando su especialización como alergólogo bajo las enseñanzas del Doctor Samuel Feinberg.

El joven médico de regreso a México es 1946 residiría en Tampico, ejerciendo allí dos años como médico general. Un año más tarde el 26 de Abril el sacerdote Juan de Dios de Garza unió en matrimonio a Carlos y Aurora, quienes en Febrero de 1948 pasaron a vivir a Monterrey, ejerciendo ahí su especialidad y asumiendo en la facultad de medicina de la Universidad de Nueva León la novísima cátedra de Alergia e Inmunología Clínica.

Sería precisamente en Monterrey donde conocería a Gustavo González, quien aquejado por una alergia visitaría en consulta al Dr. Canseco; hecho que más tarde tendría un significado trascendental en la vida del médico y en la de millones de personas. Gustavo González empresario en el negocio de venta de automóviles vio en el galeno valores y virtudes que lo hicieron tomar la decisión de invitarlo a formar parte de la membresía del Club Rotario de Monterrey a la cual el pertenecía y ser su padrino; fue así que el 28 de enero de 1950, próximo a cumplir los 29 años de edad Carlos Canseco, tras recibir la bienvenida del Presidente del Club Pablo Salas López, iniciaría su fecunda e inmortal vida rotaria, que lo llevaría a servir a Rotary International como su Presidente en 1984-1985 y escribir una de las páginas más brillantes de su centenaria historia ligada a la lucha del hombre por la salud y el bienestar de millones de seres humanos, concretada a través del programa Polio-Plus.

La amistad iniciada en 1982 entre los doctores Carlos Canseco y Albert Sabin, quien fuera socio honorario del Club Rotario de Filadelfia en Estados Unidos de América, y la preocupación compartida desde entonces por la terrible enfermedad de la poliomielitis darían grandes frutos tras la llegada de Carlos Canseco a la Presidencia de Rotary International.

No fue fácil, primero había que diseñar el programa y convencer a la Fundación de Rotary International y a la Organización Mundial de la Salud, pero una vez más la perseverancia de Canseco logró el objetivo y así en 1985 en la Asamblea Internacional de Rotary en Nashuille, en compañía del Dr. Sabin, anunció que Rotary se comprometía a brindar su aporte para controlar la poliomielitis en el mundo. Fue en octubre de ese mismo año, que dando inicio a la tarea se llevaron adelante en Paraguay los primeros días nacionales de vacunación con el aporte de Rotary.

Carlos Canseco entonces diría, “Es un proyecto ambicioso y complejo; un enorme desafío. Pero está en marcha...” y la América Latina rotaria fue la primera en responder, dándose el último caso de polio paralítica en su territorio, el 24 de agosto de 1991 en la región Junín, en la sierra del Perú.

Para 1995 el Programa Polio-Plus había sido ya ejecutado en 147 países, lográndose inmunizar a mil millones de niños alrededor del mundo. Tras grandes esfuerzos los beneficios de Polio-Plus llegaron también a la India, a China y a Cuba.

Esta es someramente la biografía de un gran hombre, cuya pérdida el 14 de Enero último consternó el mundo rotario, pero que dejó a las futuras generaciones un ejemplo de vida imperecedero.

En el año 2005 visitó Perú con ocasión de la Conferencia del Distrito 4450 en compañía de su amada Aurora. Aquel año me tocó Presidir el Consejo de Past Gobernadores Rotarios del Perú y propuse la creación de la orden “Fernando Carbajal Segura” teniendo el honor de imponerle a Carlos Canseco la medalla que perenniza el nombre de tan ilustre Rotario Peruano, que al igual que Canseco fue Presidente de R.I. y que juntos forman parte de los grandes hombres que Latinoamérica ha dado a la humanidad a través de los excelsos ideales de Rotary. Hoy desde estas líneas rendimos póstumo homenaje a Carlos Canseco recordando su ejemplar vida y obra.

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Bibliografía:
* Merindichaga, Rodrigo. “Trascender en el prójimo”. México 1996.
* “The Rotarian” 1984.

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