domingo, 19 de julio de 2009

ARTICULO de RAFAEL CASANOVA

INTELIGENCIA INTERPERSONAL.
EMPATÍA: ATRIBUTO FUNDAMENTAL EN LA MORAL DE UN LIDER ROTARIO.


La empatía (del vocablo griego antiguo εμπαθεια, "en el interior de", y πάθoς, "sufrimiento, lo que se sufre"), es la capacidad cognitiva de sentir en un contexto común lo que un individuo diferente puede percibir.

La empatía destaca la actitud que en determinadas ocasiones, adoptamos hacia otra persona, respecto de sus dichos, ideas o acciones, caracterizada por un esfuerzo propio, objetivo y racional por comprender los sentimientos de aquella, independientemente del afecto personal (simpatía, antipatía) y de todo juicio moral.

Esta extraña palabra, puede adaptarse a un variado conjunto de definiciones. Quizás podamos percibir su significado resumiendo todo en un solo concepto: “Ponerse en el lugar del otro”.
¿Pero esto, es realmente tan sencillo como parece?.

El analista Alfonso Aguiló nos cuenta la siguiente experiencia de un niño:
“Es la hora del recreo en la guardería y un grupo de niños está corriendo por el patio. Varios tropiezan, y uno de ellos se hace daño en una rodilla y comienza a llorar. Todos los demás siguen con sus juegos, sin prestarle atención..., excepto Pablo.

Pablo se detiene junto a él, le observa, espera a que se calme un poco, y después se agacha, frota con la mano su propia rodilla y comenta, con un tono comprensivo y conciliador: "¡vaya, yo también me he hecho daño!"

Al parecer, Pablo tiene una extraordinaria habilidad para reconocer los sentimientos de sus compañeros de guardería y para establecer un contacto rápido y amable con ellos. Fue el único que se dio cuenta del estado y el sufrimiento de su compañero, y también fue el único que trató de consolarle, aunque sólo pudiera ofrecerle su propio dolor: un gesto que denota una habilidad especial para las relaciones humanas y que, en el caso de un preescolar, augura la presencia de un conjunto de talentos que irán floreciendo a lo largo de su vida.”

La capacidad de liderazgo, es decir, la habilidad de movilizar y coordinar los esfuerzos de un grupo de personas, se va modelando desde las primeras relaciones interpersonales en el ámbito escolar y luego en el plano laboral y van posicionando al individuo como un verdadero líder de grupo.
En nuestra Institución, el líder rotario conciente del valor de la empatía como herramienta de comunicación, es un constante negociador de soluciones, un verdadero mediador dispuesto a evitar las pequeñas y grandes disputas y a establecer la armonía en las relaciones dentro de un grupo de trabajo.

Rotary exige de sus líderes el desarrollo constante y efectivo de la capacidad de análisis social, de detectar e intuir las necesidades, sentimientos e intereses de las personas en la comunidad circundante y en el contexto global donde interactúa con otros lideres rotarios.

El conjunto de estas habilidades de un líder rotario, son al tiempo innatas y adquiridas, constituyen la materia prima de la inteligencia interpersonal y son el ingrediente fundamental del carisma personal, asegurando el éxito en el difícil arte de liderar.

Podemos decir entonces, que la empatía en Rotary, es la práctica cotidiana de la tolerancia en las relaciones humanas, el control sobrio y considerado de las emociones, la disposición a establecer un ameno y fluido contacto con todos los miembros del grupo de trabajo y del club.

“La empatía en un líder rotario se manifiesta en la capacidad de orientar para generar conducción.”

Se percibe en el sutil talento para captar y transmitir los sentimientos colectivos latentes, que son los que en definitiva guían a un grupo hacia el logro de sus objetivos.

El líder rotario, debe convertirse en ese tipo de persona con quienes a los demás les gusta estar, porque hacen siempre aportaciones constructivas y transmiten buen humor y sentido positivo.

¿Cómo podríamos saber lo que nos conviene sin saber quienes somos? (Platón)

Cuando valoremos negativamente lo que alguien ha dicho o ha hecho, deberíamos hacer un gran esfuerzo y no valorar solamente el resultado de su conducta, sino reflexionar en las causas y motivaciones que hay detrás. Debemos intentar adentrarnos en la mente del otro y pensar qué hubiésemos hecho nosotros habiendo estado en su lugar, pero con sus mismos prejuicios, valores, habilidades, ideas. Sin olvidar los dos componentes mágicos de esta difícil receta: Comunicación y tolerancia.

El proceder con empatía no significa estar de acuerdo con el otro. No implica dejar de lado las propias convicciones y asumir como propias la del otro. Es más, se puede estar en completo desacuerdo con alguien, sin por ello dejar de ser empáticos y respetar su posición, aceptando como legítimas sus propias motivaciones.

A través de la lectura de las necesidades de los demás, podemos reajustar nuestro actuar y siempre que procedamos con sincero interés ello repercutirá en beneficio de nuestras relaciones personales. Pero ello es algo a lo que debemos estar atentos en todo momento, pues lo que funciona con una persona no funciona necesariamente con otra, o es más, lo que en un momento funciona con una persona puede no servir en otra ocasión con la misma.

Mahatma Gandhi sostenía lo siguiente «las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista»; Como verdaderos líderes dentro de nuestra propia Institución, debemos ser cautos, sinceros y responsables en nuestro proceder. La falta de capacidad para reconocer los sentimientos de los demás conduce a la ineptitud y la torpeza en las relaciones entre los miembros de un club rotario.

Por eso, tantas veces, hasta las personas intelectualmente más brillantes pueden llegar a fracasar estrepitosamente en su relación con los demás, y resultar arrogantes, insensibles, o incluso odiosas.
El rotario debe ser un líder motivador, inspirador de confianza, dispensador de cariño y buen transmisor de ideas y directivas. Su sola presencia debe inspirar tranquilidad y confianza.

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